ANDERS BEHRING BREIVIK (el autor): El multiculturalismo es la palabra más sucia en el vocabulario político de Breivik. Antes de la masacre, publicó un manifiesto confuso. Dijo que los Caballeros Templarios, una orden medieval de guerreros de las cruzadas, se reagruparon en Londres en 2002. "Soy un cruzado para salvar la cristiandad en Europa de una marea de islamitas", había dicho. Y ante la policía afirmó: "actué solo; lo que hice fue cruel pero necesario". "Una vez que decides atacar, es mejor matar a muchos o te arriesgas a reducir el impacto ideológico deseado con el ataque", escribió. "No te disculpes o expreses pesar; estás actuando en defensa propia, de manera preventiva".
JENS STOLTENBERG (primer ministro noruego): "Cada muerto es una pérdida irreparable y una tragedia nacional. Es un hecho incomprensible. La peor catástrofe desde la Segunda Guerra Mundial. Hay que preservar la democracia".
BENEDICTO XVI (pastor de la grey católica): "Me gustaría dirigir a todos un llamamiento para que abandonen para siempre el camino del odio y eviten la lógica del mal. Hay que pensar en los muertos y en sus familiares con profundo dolor".
CRISTINA FERNÁNDEZ (presidenta argentina): "la muerte se disfraza de ideología para atacar a quienes trabajan en paz para vivir en un mundo mejor, más justo. Los ataques a los ciudadanos noruegos nos han dolido profundamente".
RAÚL CASTRO (Presidente de Cuba): "el pueblo cubano que sufrió las consecuencias del terrorismo por más de 50 años, condena este flagelo en todas sus formas y manifestaciones. Mis condolencias a los familiares de las víctimas".